En realidad, curd significa cuajada en inglés. Tiene una historia oscura, pero originalmente era un tipo de queso fresco, en los inicios del siglo 19. Hoy en día, lo que compone una lemon curd ha cambiado totalmente y es una conserva utilizada para rellenar bizcochos o tartas, en postres como fools (una mezcla de nata montada y compota), pavlova (merengue con nata y fruta), o simplemente con pan o scones (un bollo tradicional británico).
La receta es bastante flexible; si quieres una salsa con una consistencia más fluida, aumenta la cantidad de zumo o añade una cucharada de agua; igual, añade una yema más para un resultado más espeso; también puedes cambiar la cantidad de azúcar a tu gusto. Además, es posible sustituir los limones por limas, pomelos, naranjas o incluso maracuyás. Más o menos para la receta que te dejo aquí necesitas 100 ml de zumo.
En Reino Unido es posible comprar frascos de lemon curd en el supermercado pero por qué lo harías cuando ¡la receta es tan fácil! ¿no?
Para aproximadamente 300 ml de crema.
50g mantequilla
110g azúcar
La ralladura y el zumo de 2 limones
2 huevos y 1 yema bien batidos
Pon a calentar una olla con agua, para hacer un baño María*.
Exprime los limones. Ralla finamente la cáscara de los limones pero únicamente la parte amarilla y coloca la ralladura con el zumo.
Cuando el agua hierva, baja el fuego. Coloca un bol resistente de fuego encima del agua y añade la mantequilla para derretir. Agrega el zumo, la ralladura, el azúcar y los huevos e incorpora bien con el batidor.
Remueve continuamente hasta que espese (aproximadamente 10 minutos, recuerda que cuando enfría, la crema espesa más).
Mantén a fuego bajo para que no se hagan grumos, ¡no quieres preparar huevos revueltos de limón! En cualquier momento, si no puedes tocar la parte de abajo del bol con la mano, significa que está demasiado caliente.
Cuando esté espesa, suave y lustrosa, sácala del fuego y pásala por el colador, por si acaso hay algunas pequeñas pizcas de huevo cocido. Vierte la crema en 2 frascos esterilizados. Puedes esterilizar los frascos en el lavavajillas, en agua hirviendo o en el horno a 110 grados.
Déjalos enfriar, y guárdalos en el frigorífico. Consúmelos antes de 1 mes.
*es posible hacerlo directamente en una olla pero es necesario tener mucho cuidado con la mezcla para mantener una temperatura baja.
Comentários