Pastel de carne rústica - Cottage pie

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Este es un plato que os dará consuelo en los días fríos, oscuros, de invierno. Es un plato muy sencillo con solo un puñado de ingredientes, pero cuando se combinan con cuidado es muy rico.

He descubierto una variedad de recetas que incluyen ajo, tomate frito o queso, de los que no he puesto ninguno en esta receta porque, para mí, no representan los sabores más típicos de Reino Unido. Sin embargo, para daros una receta más tradicional de mi casa, pregunté a mi madre y me dio una sorpresa. No me lo podía creer cuando mi madre me confesó que hoy en día ¡prefiere usar aceite de oliva en vez de mantequilla en el puré de patatas! Le da “una capa más crujiente”, según ella.

Entonces, no nos preocupemos por la receta “más tradicional”. En el siglo 18 cuando la primera receta apareció publicada, fue una manera para aprovechar las sobras de la carne asada de las celebraciones. Además, no había picadoras como hoy. Seguro que ellos estarían sorprendidos por la adición de zanahorias y la Worcestershire Sauce, que aún no había sido inventada en aquella época. De esta manera, las recetas cambian y evolucionan con el paso del tiempo dependiendo de los ingredientes disponibles y los gustos de la época, sin embargo la esencia del plato sigue.

Para 4-6 personas

500g de carne picada de ternera

1 cebolla

2 zanahorias

Un ramito de tomillo fresco

(o media cucharadita de tomillo seco)

1/2 vaso de vino tinto

2 cucharadas de worcester sauce

1 cucharada de harina de maíz

500ml caldo de ternera

900g de patatas

50g de mantequilla

50ml de leche

Salpimenta la carne picada y, en una sartén grande, pon la mitad de la carne a fuego alto hasta que esté hecha. Quítala y colócala en un bol. Repite con la otra mitad. Yo lo hago en 2 pasos para dorar la carne y ganar el máximo sabor.

Mientras la carne se está salteando, corta las zanahorias peladas y la cebolla en rodajas finas.

Saca la carne. En la misma sartén, vierte un poco de aceite de oliva y, a fuego medio, sofríe la cebolla con una pizca de sal, por al menos 10 minutos hasta que quede suave y translúcida. Añade la zanahoria y remueve durante algunos minutos.

Devuelve la carne con su jugo a la sartén. Agrega el vino y sigue cocinando durante 3 minutos para evaporar el alcohol. Luego, pon las hojas de tomillo, la Worcestershire sauce, la harina de maíz disuelta en 2 cucharadas de agua fría y el caldo, y cuece a fuego lento durante 15 minutos más. Deja enfriar.

Pela y pica las patatas en trozos grandes. Ponlos en una olla grande con agua fría y salada y lleva a ebullición. Cuece hasta que se ablande. Escurre muy bien (el agua es el enemigo del puré de patatas) y haz puré. Yo lo hago a mano con un prensador de patatas para que no se libere demasiado almidón que resulta en un puré pegajoso. Hazlo mientras las patatas todavía están calientes, de esta manera no dejas grumos. Cuando la mezcla esté uniforme, añade la mantequilla y la leche, y sazona con sal a tu gusto.

Para construir el pastel, pon la mezcla de carne enfriada (si está demasiado caliente el puré se hunde dentro) en una fuente para horno y coloca el puré en una capa encima. Usa un tenedor para formar una superficie irregular. Ahora está listo para el horno pero también es posible congelarla en este momento.

Hornea a 200 grados durante 20 minutos hasta que se caliente completamente y la capa superior esté gratinada. Sirve con guisantes u otra verdura verde y más Worcestershire Sauce o ¡hasta ketchup!